jueves, 22 de mayo de 2008

Un miércoles cualquiera

Hoy os voy a contar lo que hice ayer... simplemente porque me apetece ;-)

La historia es que desde que estoy aquí en Oslo tengo días que son realmente buenos, no tanto por lo que hago sino porque simplemente estoy contento. De hecho, en mi memoria se van a quedar más momentos que he pasado en Oslo que en los múltiples viajes que he hecho o voy a hacer (excepto a Svalbard... el viaje estrella).

Ayer miércoles me levanté tarde y mal, empezó bastante mal el día. En la oficina debería haber estado a las 9 en punto porque había quedado con el servicio técnico de HP (en realidad, con una subcontrata de HP) y a las 9.30 tenía una videconferencia que, por supuesto, ni me había leído ni había preparado nada (tampoco hay que preparar mucho pero un ratillo poniendo el portátil, el proyector, la web camera, el sonido, la voz, etc... se te va).

Al final, al tío de HP le despaché en 10 minutos y a la videoconferencia entré tarde y mal pero bueno, con tranquilidad, que para eso estoy en Noruega. Lo peor de todo, que no me dio tiempo a tomarme ni un café ni el pan con Nugatti (qué buena está la Nugatti, joder...)

Luego el día fue mejor, se me fue pasando el mal yogourt mañanero. Recibí una llamada que me alegró el día y luego por la tarde me fui a dar una vuelta con la bici. Fui con Carles y nos dimos una buena paliza, la verdad.

Fueron casi 5 horas, nos perdimos por el bosque a pesar de que fue el primer día que voy con mapa. Fuimos desde la oficina hasta Sørkedalen, luego a Kobberhaughytta (muy maja la danesa que estaba currando allí), luego fuimos a Ullevålseter y de ahí a Sognsvann y de ahí directos a casa. Un buen tour, rodeando la montaña donde está Holmenkollen, el trampolín de saltos famoso aquí en Oslo. Hizo un día de puta madre para montar en bici, además de que el paisaje es jodidamente bonito. Así da gusto.

Luego, después de esas 5 horas de bici y de dar plantón a una noruega que espero no se mosqueara mucho (me perdí por el bosque y perdimos mucho tiempo), nos fuimos a tomar unas cervezas. Pero antes duchita y cenuca guapa.

Las cervezas estuvieron bien, muchos noruegos con la camiseta del Manchester con un pedo de colores, pero muy graciosos, muchos más majetes que los hooligans ingleses. Al final me volví ya amanecido a casa pero no muy tarde, es que aquí empieza a amanecer sobre las 3 y pico ;-)

Esta mañana, pues un poco resacoso, aunque cada vez afectan menos los 2,5 litros de cerveza, la verdad ;-)

En fin, un miércoles muy de puta madre la verdad. Y hoy, pues tranquilamente en la oficina todo el día hasta que esta gente acabe con el mantenimiento preventivo...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esos días son los que molan, sí señor . Me alegro que vaya todo bien por ahí tío. Por aquí tampoco me puedo quejar ;)